El sábado 7 de abril de 2018 nos reunimos unas 50 personas para retomar un tema del que habíamos hablado en el Poli-tintos VIII y que es pieza fundamental en la gestión de las emociones, los tiempos y las relaciones: las necesidades, los límites y los acuerdos. La lluvia bogotana no detuvo a les interesades en compartir sus experiencias, herramientas e inquietudes; así que combatimos el frío a fuerza de conexión, reflexión y aprendizaje mutuo. Después de una cálida bienvenida a quienes asistían por primera vez y a aquelles que ya son parte activa de la red, recordamos la misión y visión el colective Poliamor Bogotá, así como los principios que nos permiten construir espacios seguros para este tipo de conversaciones. Este contenido lo pueden encontrar en la sección ‘Información’ de Facebook o en ‘NOSOTRES’ de la página web. Las preguntas que guiaron el diálogo son: 1. ¿Qué son las necesidades? ¿Qué diferencia una necesidad de un deseo? Palabras clave: Bienestar, indispensable vs. accesorio, conocer y comunicar. Las necesidades se asociaron al bienestar físico, emocional, económico, espiritual, psicológico, afectivo. Se describieron como aquello indispensable para alcanzar ese bienestar y se diferenciaron de los deseos en que estos últimos no se consideran de indispensable satisfacción. Algunos grupos hablaron del deseo como una forma particular en la que se busca satisfacer una necesidad. También se asociaron los deseos con aspiraciones o anhelos a veces provenientes de esquemas sociales. Vinculando este tema con las relaciones, se dieron reflexiones sobre la importancia de conocer y expresar claramente las necesidades y deseos a nuestros amores; así como mostrar el interés por conocer los de elles. Se hizo énfasis en que no todes tenemos las mismas necesidades o les damos la misma importancia a unas que a otras, y que definitivamente no todes estamos interesades en suplir las necesidades de la misma manera. Evitar asumir es importante para construir vínculos sanos. También se discutió cómo en ciertas oportunidades puede existir culpa por no satisfacer las necesidades o deseos de nuestros amores y cómo para algunas personas el amor puede estar asociado al sacrificio (poner en un segundo plano mis necesidades para suplir las de otre). En contraposición a esta idea sufrida del amor, se habló de que sólo en la medida en la que yo suplo mis necesidades estaré en capacidad de ayudar a suplir las de otres de manera genuina y amorosa. 2. Cada participante elaboró una lista de necesidades, subrayando las que consideraban no tener satisfechas. (Con una breve lista como guía). Se produjeron varias reflexiones en torno a las necesidades:
3. ¿Qué es un límite? ¿Existen límites relacionados con las necesidades subrayadas en el punto anterior? Los límites se asociaron con fronteras, burbujas, líneas de protección, que cada individue -puesto que los límites siempre son personales- decide no cruzar o no permitir que otres crucen para proteger su integridad, su libertad o su soberanía. Responden a la pregunta: “¿Hasta dónde estoy dispueste a llegar o a que otres lleguen conmigo (en lo físico, en lo económico, en los tiempos, en la posibilidad de dar o recibir)?” En muchas oportunidades, fijar límites nos permite satisfacer nuestras necesidades. Identificar mis límites, comunicarlos y conocer los de mis amores me permite llevar a cabo prácticas de auto-cuidado y de cuidado del otre; la relación se desarrolla con libertad y tranquilidad dentro de los límites de quienes la conforman. Se habló de que los límites podrían llegar a ser flexibles, pero nadie los puede mover por mí, deben ser respetados hasta que yo no decida si quiero modificarlos. En uno de los grupos se mencionó que una persona podría tener límites distintos con diferentes personas dentro de su red de afectos. Como los límites son personales y dependen de la realidad de cada individue, nadie puede tampoco imponerme desde afuera un límite. Lo que sí se puede hacer, y de hecho es deseable, es llegar a acuerdos de la manera en la que vamos a obrar para no cruzar esos límites. En una de las mesas plantearon un ejercicio para reconocer los límites:
4. ¿Cómo se puede plantear en una relación esa(s) necesidad(es) de forma no-impositiva? La comunicación clara, directa, de corazón a corazón es el mecanismo para identificar y plantear las necesidades y los límites. La primera comunicación es conmigo misme. Sin prejucios, sin máximas universales de qué se supone que me debería importar, generar bienestar o molestar. Una vez he tenido la oportunidad de hacer reflexión e introspección, puedo compartir con mis amores las conclusiones a las que he llegado sobre mis necesidades y límites teniendo en cuenta principios como:
Para construir acuerdos una mesa sugiere la siguiente dinámica:
Como un ejercicio que facilite el diálogo, une de les participantes sugiere que si son dos personas las involucradas en el díalogo, se acuesten mirando hacia el techo. Quien expondrá una idea se gira para hablarle al oído a la otra persona que se limita a escuchar sin interrumpir. Cuando llegue su turno de hablar, cambian de posición. Cualquiera que sea la dinámica, lo importante es buscar atmósferas de confianza, tranquilidad, corazón abierto y disposición a reflexionar sobre las propias ideas o propuestas. 5. ¿Hay personas con quienes te resulte más difícil negociar acuerdos o comunicarte? Les participantes mencionaron que sí existen personas con las que les resulta más difícil llegar a acuerdos. No siempre son personas con las que tienen vínculo sexo-afectivo; pueden ser integrantes de familia, colegas de trabajo, etc. Es más difícil dialogar con personas con las que existe inseguridad de la solidez del vínculo (ej. “Si le digo esto, temo perderle”), con personas soberbias, orgullosas, con personas que tienen un nivel mayor en alguna estructura jerárquica (padres en la familia, hermanes mayores, jefes, etc.), o personas que vemos como muy frágiles. Como herramientas para abordar estas conversaciones difíciles se plantea:
¡Muchas gracias amores! |
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