Hace dos meses, mis amores se conocieron comiendo unos tacos. Las vacaciones iban a llegar, y parecía que un poco de familiaridad nos ayudaría a todes a negociar esos momentos cargados de emociones más fácilmente. Además, un amor se sentía un poco celose cuando me veía a mí con el otre en fotos en las redes sociales. Confiaba en que se llevarían bien. Además de lo obvio, tienen varias cosas en común: ambes aman los gatos, el feminismo y, por supuesto, la comida Tex-Mex. Esto nos daría al menos tres temas de los que hablar, incluso si las cosas se volvían incómodas. Si la idea de las relaciones no-monógamas abiertas y éticas (que a veces se agrupan bajo la cabecera de “poliamoría”) es nueva para ti, la idea de dos personas con las que tienes relaciones sexuales conociéndose puede parecer extraña o incluso temeraria. Es el material de drama fácil para escritores de ficción: cuando la pareja de un personaje monógamo conoce al amor secreto del otro provoca gritos, portazos e incluso violencia física. Ha de ser evitado a toda costa. Pero esto es un mito sin raíces en la realidad. Para les poliamoroses, conectar con nuestres metamores -un neologismo que significa el amor de nuestro amor- puede ser gratificante. Puede incluso, en algunos casos, crear nuevas amistades. ¿Por qué importa conocer a tus metamores? Puede parecer que conocer al “otro amor” es una receta para los celos. Incluso algunas relaciones no-monógamas son explícitamente “no preguntes, no cuentes (ojos que no ven, corazón que no siente)” -en otras palabras, eres libre de ver a otras personas, pero no quiero saberlo. Estas relaciones están generalmente construidas alrededor de la idea de que saber sobre tus metamores, o ver a tu amor con une, sería insoportablemente doloroso. Este estilo de relación puede involucrar algo de malabares sociales para asegurar que nunca cruzáis caminos accidentalmente, y parece funcionar mejor cuando la mayoría de las relaciones permanecen bastante informales.
Por otro lado, en mi experiencia y para mucha gente poliamor, conocer a otros amores puede aliviar los celos y reducir el drama en la relación. Hasta que os conocéis, “el otre” es una incógnita escalofriante; si dejamos nuestra imaginación correr libre podemos inflarles en algo perfecto e inalcanzable y, sobretodo, mejor que yo. Pero cuando les conocemos, descubrimos que son nada más que otre humane. “Mantener una distancia prudencial, nunca experimentar su humanidad como persona, limita el potencial de esa relación”, dice Kiki Christie, una educadora en poliamor y relaciones sexo-positivas de Vancouver Island, British Columbia. De hecho, Kiki esta escribiendo un libro sobre metamores, porque cree que hay demasiada atención en su potencial negativo; incluso entre las personas poliamor: “Especialmente cuando nuevas personas están entrando en la poliamoría, tienden a enfocarse mucho en las limitaciones que pueden poner a sus relaciones, incluyendo cómo pueden interactuar con metamores y cómo sus metamores interactúan con elles. Hay muy poco enfoque o incluso atención al valor de una relación de metamor y cómo eso es algo muy único en la poliamoría”. “Hay un miedo de que va a quitar algo cuando en realidad es una relación nueva por completo que poder explorar”, añade Kiki. Une de mis amores, que ahora ha conocido varios metamores, me dijo que aprecia cómo conocerles le permite entender más claramente mis otras relaciones. “Para mí, hay un momento de ver lo que tu amor seguramente aprecia en esa persona y pensar, sí, veo por qué le gusta”. Cuando tus metamores se convierten en amigues “Una de mis primeras relaciones fue con una pareja casada”, cuenta Kiki. “Llegué a conocer a la esposa de mi amor muy bien. Vivían en una ciudad diferente, así que cada vez que iba a visitarle pasaba tiempo con ella, porque era en su casa”. Debido a que compartían compañía tan a menudo, ella se sentía segura hablando de los problemas y tratando sobre las emociones difíciles. “Estar en una relación familiar con el amor de mi amor, con ella, significó sentirme más abierta a hablar sobre mis sentimientos con ambos. No sentía que mi comunicación tuviera que ser mitigada para nada”, dice Kiki. “Si tenía un problema podía hablar directamente”. El afecto y la conexión genuina florecieron entre Kiki y la mujer de su amor. Se volvieron amigas tan cercanas que “pasamos algún tiempo de vacaciones juntas sin estar mi amor. Simplemente nos sentíamos muy cómodas la una con la otra. De hecho él y yo terminamos, y ella y yo todavía somos muy buenas amigas”. Como Kiki, yo compartí un amor con un metamor por años. Nuestra relación permaneció platónica, pero la intimidad que formamos era genuina. Incluso teníamos apodos entre nosotres. La amistad sobrepasó nuestra mutua relación también, e incluso nos hicimos tatuajes a juego. Como Kiki dijo de su amistad, “era una relación independiente y finalmente realzaba la relación poli”. Retos y miedos “Incluso si has sido poli por mucho tiempo, o si es algo que se siente como el tipo de estructura relacional adecuada para ti, todavía puede ser muy difícil tener de pronto una nueva persona en tu vida que está íntimamente conectada a ti a través de tu amor, pero que no has escogido necesariamente -es como tener un nueve familiar polítique”, dice Kiki. “Es una nueva persona con la que tienes que lidiar y eso puede suponer un reto y dar miedo a veces”. “Va a haber metamores con los que no haces click, de los que no quieres ser amigue, o que no te gusten demasiado”, advierte. “Entonces, ¿cómo se gestiona tener una relación sostenible a través de eso? Enfocarse en las personas como individuos puede ayudar”. Creo que la idea de “un verdadero amor” es un mito, y que es imposible serlo todo para nadie -completar todos sus deseos. La poliamoría nos fuerza a enfrentarnos a esto de maneras tanto liberadoras como aterradoras, especialmente cuando tu metamor ofrece a tu amor algo que tú simplemente no puedes; ya sea un vicio (kink) sexual que no te enciende o el amor compartido por los bolos cuando a ti te aburren. Incluso cuando he sentido celos de un metamor, presenciar sus pequeños gestos de amabilidad y afecto juntes durante un encuentro me ayuda a abrir mi corazón a entender mejor lo que mi amor ve en elles. Cuando me retan las emociones difíciles, me centro en la felicidad de mi amor y a menudo encuentro que puedo compartir un poco de ella. Como explica Kiki, el respeto mutuo es clave cuando las relaciones de metamores son desafiantes: “Si estás constantemente pensando en esta persona como alguien unide a tu amor, o alguien con quien no te relaciones al mismo nivel como individue, incluso si no te llevas particularmente bien o no ves las cosas de la misma forma, no estás dándoles a elles o la relación el respeto que merece. Es como una relación con un colega de trabajo con quien no te llevas bien -igualmente debes verle como una persona”. Especialmente cuando hay tensión o desconfianza, ambes creemos que los encuentros de metamores pueden ser cruciales. “Es una herramienta que podemos emplear tanto para humanizar como para mantener las cosas en perspectiva”, dice Kiki. 2016, D. T. (Después de los Tacos) Entonces, ¿qué pasó con mis amores y yo? Bueno, disfrutamos los tacos, y ahora todes nos sentimos un poco más cómodes. La conversación sobre cada une fluye más libremente. No me preocupo sobre compartir fotos en redes sociales y pasamos las vacaciones con amor y compasión. Hizo mi nueva relación sentirse un poco más real, para mí, porque ella está dispuesta a experimentar algo desafiante: su primer encuentro con un metamor. Ella tiene un amigue con beneficios, lo que significa que tengo un metamor que aun no conozco. Austin es una ciudad pequeña que simula ser una gran ciudad, así que es inevitable que nuestros caminos se crucen, especialmente cuando les cuatro puede que vayamos al mismo festival en un futuro cercano. ¿Cómo me siento respecto a ir a un evento al que también asistirán ambos de mis amores y mi metamor? Creo que tal vez comience por unos tacos. Traducción realizada por Poliamor Bogotá del artículo: Why You Should Meet Your Partner’s Lovers |
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