Incluso en las mejores relaciones, a veces hay que tener una conversación difícil. Tal vez debas decirle a tu amor algo que seguramente no va a gustarle mucho. Tal vez debas sacar un tema que, aunque cuentes con apoyo emocional, te desestabiliza. Parte de ser capaz de tener buenas relaciones es tener la habilidad de mantener una conversación difícil.
Resumen de un evento sobre comunicación en relaciones no normativas. Lectura fundamental.
Aquí: Sexo Oral. Wow. OK, entonces ahora ya estoy a salvo...
No del todo. Aún está el efecto de la “tuba de pescado azul”. ¿El qué de qué? ¡Eso no tiene sentido! Precisamente. Cada una de esas palabras individualmente tiene significado, pero puestas en ese orden juntas no tienen sentido. A menudo, eso es lo que le parece a alguien que no comparte tu visión conceptual del mundo. La comunicación es robusta por un lado y frágil por otro. Es robusta en el sentido de que el lenguaje es bastante resiliente; pero es frágil en el sentido de que cuando hablas con alguien cuya visión filosófica del mundo es vastamente diferente a la tuya, cuando intentas explicar un concepto difícil, tus palabras acaban sonando como “tuba de pescado azul”. Es el concepto lo que es difícil, el concepto lo que es foráneo a quien escucha, y las palabras dejan de tener sentido. Imagina por ejemplo una persona para la cual la idea de relación es “compromiso significa exclusividad”. Si le dices a esa persona que “es posible estar comprometide con más de una persona a la vez”, tus palabras van a sonar como “tuba de pescado azul”, porque el concepto del compromiso inherentemente implica exclusividad para esa persona -decir “compromiso con dos personas” equivale a decir “la tuba es tan grande que es diminuta”. Explicar un concepto desconocido a alguien es particularmente frustrante. A menudo, hay que invertir gran cantidad de trabajo en aislar e identificar los lugares donde vuestros marcos conceptuales no coinciden, y construir cuidadosamente un puente entre esos marcos diferentes. Wow. Pues sí que se vuelve delicado. Pero una vez que paso ese obstáculo ya estoy a salvo, ¿verdad? La honestidad es a la comunicación lo que la multiplicación es al cálculo. Si no puedes ser honeste, no te puedes comunicar. La honestidad es el mínimo, no el máximo; la comunicación va más allá de la honestidad. - Jenna Medaris
“La comunicación es la regla #1 de una relación poliamor”. Es algo que se escucha con tanta frecuencia en la comunidad poli que se ha vuelto un mantra. Y con razón; se podría argumentar que la comunicación es el mejor indicador de salud en cualquier relación romántica, monógama o poliamorosa. Una relación a la cual le falta buena comunicación está construida en cimientos fundamentalmente errados, y una relación cuyos miembros no poseen buenas habilidades comunicativas es una relación que tiene problemas desde el principio. Poca gente habla realmente sobre cómo construir una buena comunicación, y eso es desafortunado, porque una buena comunicación es más complejo de lo que suena. Requiere más que abrir la boca y empezar a decir lo que está en tu mente. La comunicación efectiva comienza por comprender lo que está en tu mente, particularmente si estás tratando de resolver un problema. No es suficiente decir: “Me siento incómode con esto” o “Esto me está molestando” o “No quiero que hagas esto”; la comunicación real requiere comprender qué hay en la raíz de esos sentimientos y deseos. Ahora, espera, ¡listillo! Si yo estoy sintiendo algo, ¡debería poder decirlo sin toda esta basura del análisis! Por supuesto. Pero una vez que has dicho lo que está en tu mente, ¿qué viene después? |
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